Amoris Laetitia Exhortación Apostólica Postsinodal
Capítulo primero: “A la luz de la Palabra”
El Papa articula su reflexión a partir de la Sagrada Escritura en el primer capítulo, que se desarrolla como una meditación sobre el Salmo 128, característico de la liturgia nupcial tanto judía como cristiana. La Biblia “está poblada de familias, de generaciones, de historias de amor y de crisis familiares” y a partir de este dato se puede meditar cómo la familia no es un ideal abstracto sino un “trabajo ‘artesanal’” que se expresa con ternura pero que se ha confrontado también con el pecado desde el inicio, cuando la relación de amor se transforma en dominio . Entonces la Palabra de Dios “no se muestra como un secuencia de tesis abstractas, sino como una compañera de viaje también para las familias que están en crisis o en medio de algún dolor, y les muestra la meta del camino” .
En la visión cristiana del matrimonio, la relación entre un hombre y una mujer -relación recíproca y total, única e indisoluble- responde al proyecto primitivo de Dios, ofuscado en la historia por la "dureza de corazón", pero que Cristo ha venido a restaurar en su esplendor originario, revelando lo que Dios ha querido "desde el principio" (cf. Mt 19,8).
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